No existe la casualidad, hay que estar ahí

jueves, 8 de enero de 2015

08.01.2015

Hace tan solo unos pocos días me encontraba pensando como de costumbre en mis cosas, reflexionando de manera inocente, sin más propósito que ordenar un poco más las cosas, cuando como recolocas los libros de tu estantería siguiendo un patrón distinto al anterior con el fin de llegar antes a aquello que pudieses necesitar. El caso es que se me ocurrió algo que me ayudó a comprender un poquito más las cosas. Se trata de una comparación entre el amor y la amistad. Es un ejemplo sumamente plástico. Imagina una esfera. El objeto supuestamente perfecto, al igual que el amor. Piensa ahora en una amistad sincera, extensa e infinita, como si de un folio se tratase. Tenemos pues la amistad como un objeto plano y extenso, mientras que el amor está representado por una esfera, limitada pero perfecta. Y bien ¿qué es más difícil? Desdoblar la esfera o darle a un papel plano la forma más perfecta que el ser humano puede imaginar. Es tan solo una idea, un concepto, una reflexión momentánea. No quiere decir nada. O quizá si ¿Quién sabe?
La vida da muchas vueltas.